Una meta importante de la Legión de María es llevar a las personas, y especialmente a las familias, el rezo del Santo Rosario. Pio IX dijo "si tuviera un ejercito que rezase el Rosario, conquistaría el mundo". El Rosario "es el remedio para todos nuestros males, la raíz de todas nuestras bendiciones" (León XIII). "De todas las oraciones el Rosario es la más bella y la más rica en gracias" (San Pío X). "Es el Evangelio resumido" (Pío XII). "Es la Biblia" (Juan XXIII). "Para ser cristiano hay que ser mariano. Rezad el Rosario" (Pablo VI). Por eso la Legión de María recomienda, con Juan Pablo II, "el Rosario en las manos, y el Dulce Nombre de la Madre en los labios". Lourdes y Fátima también lo recuerdan. El rezo del Santo Rosario tiene concedida indulgencia plenaria cuando se reza en la iglesia u oratorio, en familia, en comunidad religiosa o en asociación piadosa. Y tiene indulgencia parcial en otras ocasiones.
El Rosario se reza de la siguiente forma:
- Se hace la señal de la Cruz con tres cruces: Una en la frente, otra en la boca y otra en el centro del pecho (el trazo horizontal, de izquierda a derecha), diciendo: Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor, Dios nuestro+. La siguiente señal de la Cruz, con una sola Cruz que va desde la frente al pecho, desde el hombro izquierdo al derecho, diciendo: en el nombre del Padre - del Hijo - y del Espíritu – Santo+.
- Oraciones para comenzar:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de los fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.- Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, Padre nuestro, derrama los dones de tu Espíritu sobre el mundo: enviaste al Espíritu a tu Iglesia para iniciar la enseñanza del Evangelio; que sea ahora tu Espíritu el que continúe trabajando en el mundo a través de los corazones de todos los que creen en Ti. Por Cristo nuestro Señor.- Amen.
Señor, ábreme los labios.- Y mi boca proclamará tu alabanza
Dios mío, ven en mi auxilio.- Señor, date prisa en socorrerme
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.- Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
También se puede recitar el Acto de Contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa, pésame Señor de todo corazón, haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos. Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y confío en que me los perdonareis por los meritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me deis gracia para enmendarme y perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida.
MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO
El Rosario comprende veinte misterios : cinco gozosos, cinco luminosos, cinco dolorosos y cinco gloriosos. Se pueden fraccionar entre los días de la semana, así los gozosos se rezan los lunes y sábados; los los luminosos, los jueves; los dolorosos, los martes y viernes, y los gloriosos los miércoles y domingos. Cada misterio contiene un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Los misterios gozosos son: 1º) La Encarnación del Hijo de Dios.- 2º) La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.- 3º) El Nacimiento del Niño Jesús en Belen.-4º) La Presentación del Niño Jesús en el Templo.- 5º) El Niño perdido y hallado en el Templo.
Los misterios luminosos son: 1º) El bautismo de Jesús en el río Jordán.- 2º) La autorevelación de Jesús en las Bodas de Caná.- 3º) La Transfiguración del Señor.- 4º) El anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión.- 5º) La institución de la Eucaristía.
Los misterios dolorosos son. 1º) La Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.- 2º) La Flagelación del Señor.- 3º) la Coronación de espinas.- 4º) Jesús con la Cruz a cuestas.- 5º) la Crucifixión y Muerte del Señor.
Los misterios gloriosos son: 1º) La Resurrección del Señor.- 2º) La Ascensión del Señor a los cielos.- 3º) La Venida del Espíritu Santo.- 4º) La Asunción de Nuestra Señora a los cielos.- 5º) La Coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado.
En cada misterio se reza un Padrenuestro, que se recita así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
A continuación se reza diez veces el Ave María: Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen
Termina el misterio con un Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Una vez rezados los cinco o los veinte misterios, se pueden añadir otras oraciones. La Virgen de Fátima, en su tercera aparición, recomendó decir después de cada misterio: ¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.
Para terminar, es costumbre rezar la letanía a Nuestra Señora y la siguiente oración: Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo y, por la intercesión gloriosa de la Bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
El Rosario se reza de la siguiente forma:
- Se hace la señal de la Cruz con tres cruces: Una en la frente, otra en la boca y otra en el centro del pecho (el trazo horizontal, de izquierda a derecha), diciendo: Por la señal de la Santa Cruz + de nuestros enemigos + líbranos Señor, Dios nuestro+. La siguiente señal de la Cruz, con una sola Cruz que va desde la frente al pecho, desde el hombro izquierdo al derecho, diciendo: en el nombre del Padre - del Hijo - y del Espíritu – Santo+.
- Oraciones para comenzar:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de los fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.- Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, Padre nuestro, derrama los dones de tu Espíritu sobre el mundo: enviaste al Espíritu a tu Iglesia para iniciar la enseñanza del Evangelio; que sea ahora tu Espíritu el que continúe trabajando en el mundo a través de los corazones de todos los que creen en Ti. Por Cristo nuestro Señor.- Amen.
Señor, ábreme los labios.- Y mi boca proclamará tu alabanza
Dios mío, ven en mi auxilio.- Señor, date prisa en socorrerme
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.- Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
También se puede recitar el Acto de Contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, a mí me pesa, pésame Señor de todo corazón, haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos. Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y confío en que me los perdonareis por los meritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me deis gracia para enmendarme y perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida.
MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO
El Rosario comprende veinte misterios : cinco gozosos, cinco luminosos, cinco dolorosos y cinco gloriosos. Se pueden fraccionar entre los días de la semana, así los gozosos se rezan los lunes y sábados; los los luminosos, los jueves; los dolorosos, los martes y viernes, y los gloriosos los miércoles y domingos. Cada misterio contiene un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.
Los misterios gozosos son: 1º) La Encarnación del Hijo de Dios.- 2º) La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.- 3º) El Nacimiento del Niño Jesús en Belen.-4º) La Presentación del Niño Jesús en el Templo.- 5º) El Niño perdido y hallado en el Templo.
Los misterios luminosos son: 1º) El bautismo de Jesús en el río Jordán.- 2º) La autorevelación de Jesús en las Bodas de Caná.- 3º) La Transfiguración del Señor.- 4º) El anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión.- 5º) La institución de la Eucaristía.
Los misterios dolorosos son. 1º) La Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.- 2º) La Flagelación del Señor.- 3º) la Coronación de espinas.- 4º) Jesús con la Cruz a cuestas.- 5º) la Crucifixión y Muerte del Señor.
Los misterios gloriosos son: 1º) La Resurrección del Señor.- 2º) La Ascensión del Señor a los cielos.- 3º) La Venida del Espíritu Santo.- 4º) La Asunción de Nuestra Señora a los cielos.- 5º) La Coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado.
En cada misterio se reza un Padrenuestro, que se recita así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
A continuación se reza diez veces el Ave María: Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen
Termina el misterio con un Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Una vez rezados los cinco o los veinte misterios, se pueden añadir otras oraciones. La Virgen de Fátima, en su tercera aparición, recomendó decir después de cada misterio: ¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.
Para terminar, es costumbre rezar la letanía a Nuestra Señora y la siguiente oración: Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo y, por la intercesión gloriosa de la Bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.