Ya estamos transcurriendo la Cuaresma, estos 40 días
de preparación para la Pascua. Muchas veces asociamos este tiempo con renuncias,
con pesares, con caras tristes y muchos "no". Sin embargo la Cuaresma es el
tiempo de los "SÍ".
SÍ a la esperanza, de que mi vida
puede ser diferente si me dejo trabajar por Dios.
SÍ al salir de la pereza y el
aburrimiento, y ponerse a trabajar por un mundo
mejor.
SÍ a la oración, al encuentro
cercano y personal con Dios que prueba las miles de formas para llevarnos a ese
lugar de encuentro con su amor. Te ama y quiere que lo ames asi como sos.
SÍ a la conversión. "Convertir"
viene de transformar... crecer es parte de la vida e implica una
conversión.
SÍ al perdón. A perdonar a los
demás, pero por sobretodas las cosas animarme a ver cuanto Dios me perdona y
desde ahí perdonarme a mí mismo.
SÍ a la ofrenda de la vida, sabiendo
que sólo entregando la vida la ganamos y la vivimos con
pasión.
SÍ a conocer el valor de tu
vida, que mereció la entrega del mismo hijo de Dios en la
cruz por vos. "Me amó y se entregó por mi" Gal 2, 20.
SÍ al entusiamo, a prepararnos con
alegría para vivir en plenitud la Semana Santa.
SÍ al dejarnos
sorprender. Mirar alrededor y descubrir cuánta belleza en la creación,
en las personas. Dios nos habla en todas las cosas.
SÍ a las búsquedas. Cualquiera que
sean, este es un buen tiempo por dejarte interpelar por ellas.
SÍ al amor. Amar y amar mucho, en
eso consiste la vida en dejarnos amar y aprender a amar. La Semana Santa es la
semana del amor... amor incomprensible e inabarcable de Dios por la humanidad
toda y por cada uno de nosotros.
Y tantos SÍ más. La Cuaresma es tiempo de
"SÍ".
¡Animate a dar el gran SÍ"
¡Animate a dar el gran SÍ"