La Cofradía del Cristo de la Victoria dedicó la
jornada de ayer a los devotos enfermos, que dado su estado de salud no pueden
asistir a la procesión. La Misa de los Enfermos, oficiada por el obispo Luis
Quinteiro Fiuza, se dirigió a 300 feligreses llegados de distintos puntos de la
ciudad, entere los nuestros ancianitos de Santa Marta.
José Manuel Cabaleiro coordinó a doce voluntarios que
atendieron las necesidades de los fieles. “Hay tanta fuerza de voluntad y tanta
devoción que no notan el dolor, ni el sufrimiento; aquí nadie se queja”,
asegura.
El traslado hasta la Concatedral corre a cargo
de las entidades parroquiales o residenciales relacionadas con los enfermos.
Los misioneros y las monjas de Teis; las religiosas de Santa Lucía; los asilos
de Santa Marta y del Padre Jesús del Silencio son algunos de los habituales.
“Si algún vecino está impedido y expresa su deseo de venir a la Misa, haremos
lo posible para traerlo”, afirma Cabaleiro.
Fuente: Atlántico diario