Esta semana realizamos diferentes actividad con motivo del día del libro...
Por un lado en el taller de manualides elaboramos unos bonitos marcapáginas con frases inspiradoras y llenos de colorido.
En el taller de escritura nuestros residentes sacaron su lado más creativo y relataron pequeñas historias. Aquí os mostramos unos fragmentos:
"Erase una vez una anciana que en lugar de preocuparse
por sí misa se preocupaba por los demás
A la hora del desayuno calentaba un recipiente con leche y galletas o
pan, según tuvieses y se dedicaba a llevarlo por las casas de personas ancianas
que encontraban solos y no podían valerse por sí mismos.
Charlaba con ellos y a las mujeres las lavaba y aseaba. Les recogía la
ropa sucia y se la llevaba a su casa donde su hija y nuera las lavaban y a los
pocos días se las devolvían planchadas y limpias, y si tenían medicación
trataba de dársela o llamaba a su hijo
que era practicante para que las inyectaba si hacía falta.
Aunque no es cuento es una historia que llevo aferrada toda mi vida, consciente,
pues al ser yo su nieta mayor que vivía con ella y la acompañaba siempre que
podía y así pude conocer el lado triste de la vida.
Gracias abuela por todo lo que aprendí contigo."
C.R.
Era una bolita blanca. Tenía un mes. Se llamaba
Yuska y no podía dejarla en el suelo ni un momento. No había una perrita más
linda en el mundo.
La llevaba de paseo (y ayudaba a ligar) cerca de casa hasta el Náutico.
Según crecía era más simpática. Si quería verla bailar le ofrecía una
galleta y la levantaba, se ponía sobre sus patas posteriores y movías las otras
como si bailara la muiñeira.
Durante mi noviazgo fue compañera de paseos diarios, siempre nos acercábamos
aun patio con gallinas que la animaban a saltar vallas, para cazarlas.
Tenía un hermanito que se llamaba Yumble y de vez en cuando, salimos
juntos, El era más formal, no perseguía a las gallinas. Fue un tiempo feliz
G.V.