viernes, 29 de mayo de 2009

Domingo de Pentecostés



“Este es el misterio de Pentecostés: el Espíritu Santo ilumina el corazón humano y, al revelar a Cristo crucificado y resucitado, indica el camino para llegar a ser más semejantes a él, o sea, ser "expresión e instrumento del amor que proviene de él" (Deus caritas est, 33). Reunida con María, como en su nacimiento, la Iglesia hoy implora: “Veni, Sancte Spiritus!", "¡Ven, Espíritu Santo! Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor". Amén.” (S.S. Benedicto XVI, Solemnidad de Pentecostés, 2006)