Oración introductoria de cada día
Corazón
amantísimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el
deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y
para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro
enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son
pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de
penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré
hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer
todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes
mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María.
Dispón de mí y
de mis cosas,Señor, según el beneplácito de tu Corazón. Amén.