viernes, 17 de julio de 2009

Novena de Santa Marta



Festividad: 29 de julio

Siglo I. hermana de San Lázaro y Santa María Magdalena, por su solicitud y actividad en el servicio de Jesucristo, Nuestro Señor, es invocada como protectora especial de cosas urgentes y difíciles, ya que ella obtuvo con sus súplicas la resurrección de Lázaro.

Patrona: cocineras, sirvientas, amas de casa, hoteleros, casas de huéspedes, administradores de hospitales, escultores, pintores, lavanderas, de las hermanas de la caridad, moribundos, del hogar.



“Dios todopoderoso, tu hijo aceptó la hospitalidad de Santa Marta y se albergó en su casa; concédenos, por intersección de esta santa mujer, servir fielmente a Cristo en nuestros hermanos y ser recibidos, como premio en tu casa del cielo. Por nuestro Señor”

El día 20 de julio dará comienzo la Novena en honor a Santa Marta protectora de nuestra Congregación.


Santa Marta y sus hermanos, María y Lázaro, eran varios de los seguidores de Jesús y a quienes el Señor les tenía especial afecto y cariño. En el hogar de Marta, María y Lázaro, siempre había una habitación lista y bien arreglada para recibir al Divino Maestro, cualquier día a la hora en que llegara.

Sucedió un día en que Jesús llegó a Betania. Marta corría de allá para acá preparando los alimentos, arreglando las habitaciones. Jesús aprovechando aquel descanso, se dedicó a dar sabias instrucciones a sus discípulos. Allí, en medio de todos ellos también estaba María, la hermana de Marta, extasiada, oyendo sus enseñanzas.

De pronto Marta se detiene y acercándose a Jesús le dice: "Señor, ¿cómo te parece que mi hermana me haya dejado a mí sola con todo el oficio de la casa? ¿Por qué no le dices que me ayude un poco en esta tarea?"


Jesús con una suave sonrisa y tono bondadoso le responde: "Marta, Marta, te afanas y te preocupas por muchas cosas. Sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, la que no le será quitada". Marta entendió la lección y arremangándose el delantal, se sentó también allí en el suelo para escuchar las divinas instrucciones del Salvador. Ahora sabía que todos los afanes materiales no valen tanto como escuchar las enseñanzas que vienen del cielo y aprender a conseguir la eterna salvación.



Un segundo episodio ocurre cuando las hermanas avisan a Jesús que Lázaro, su amigo, está enfermo. Cuando Jesús llega, Lázaro ya había muerto. Marta, en cuanto oyó que Jesús llegaba, le salió al encuentro. María, de momento, se quedó sentada en casa. María, la adoratriz. Marta le dijo que Jesús la llamaba, y entonces se levantó y fue a Él.

Ahora Marta sostiene con Jesús un diálogo de altura. Ha aprendido la lección, ya no está nerviosa. Lázaro resucitará, le dice Jesús.
- Sí, ya sé que resucitará en el último día, dice Marta.

Entonces Jesús le regala la afirmación más fundamental: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá".




SANTA MARTA RUEGA POR NOSOTROS