martes, 28 de febrero de 2012

Cuaresma:Tiempo de encuentro con Jesús

- La cuaresma es DESIERTO. Es sequedad, soledad, ayuno austeridad, rigor, esfuerzo, penitencia, peligro, tentación.

- La cuaresma es PERDÓN. Las historias bíblicas de Jonás y de Nínive y la parábola del hijo pródigo, son ejemplos de ello.

- La cuaresma es ENCUENTRO, es abrazo de reconciliación como en la parábola del hijo pródigo o en la conversión de Zaqueo o en el diálogo de Jesucristo con la mujer adúltera.

- La cuaresma es LUZ, como se pone de evidencia, por ejemplo, en el evangelio del ciego de nacimiento. Es el tránsito de las tinieblas a la luz. Jesucristo es la luz del mundo.

- La cuaresma es SALUD, símbolo manifestado en textos como la curación del paralítico o la sanación del hijo del centurión.

- La cuaresma es AGUA. Es el tránsito de la sed de nuestra insatisfacción al agua viva, el agua de Moisés al pueblo de Israel en el desierto o de Jesús a la mujer samaritana.

- La cuaresma es superación victoriosa de las pruebas y dificultades. Es LIBERACIÓN, TRIUNFO. Algunas figuras bíblicas, que sufren graves peligros y vencen en la prueba, son José hijo de Jacob, la casta Susana, Ester, el profeta Jeremías y, sobre todo, Jesús, tentado y transfigurado.

- La cuaresma es CRUZ. Signo y presencia permanente durante toda la cuaresma. Prefigurada en el Antiguo Testamento y patentizada con el ejemplo de Jesucristo y como su llamada a cargar con ella como condición para el seguimiento.

- La cuaresma es TRANSFIGURACIÓN. Es la luz definitiva del camino cuaresmal, preanunciada y pregustada en la escena de la transfiguración de Jesús. "Por la cruz a la luz".

- La cuaresma es el ESFUERZO por retirar el fermento viejo e incorporar la LEVADURA NUEVA DE LA PASCUA RESUCITADA Y RESUCITADORA, ahora y para siempre

miércoles, 22 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza: Inicio de la Cuaresma

Hoy iniciamos el tiempo de Cuaresma... tiempo de conversión... camino hacía la Pascua



En este día los buenos cristianos asisten a la Iglesia a que les impongan la ceniza, al mismo tiempo que escuchan: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio". Esas palabras explican el sentido de ese rito tan atrevido con el que da inicio la cuaresma. ¡Arrepiéntete!


"La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el cielo", cuarenta días para poder cambiar lo que necesitamos de nuestro interior.




Tiempo de encuentro con nuestra identidad de cristianos... este tiempo está sostenido en el trípode del ayuno, de la oración y las obras de misericordia... La vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. Por el ayuno nos encontramos a nosotros mismos necesitados... y enfermos de egoísmo… necesitados de ser curados... y por medio de las obras de caridad nos encontramos con el prójimo...


Hoy se nos da la oportunidad de vivir este misterio de amor, y la Iglesia nos invita a que caminemos junto con nuestros pastores ... retornar a la casa de Padre... y participar de la celebración que Dios misericordioso ha preparado para todos aquellos pecadores que volvemos al padre... como está puesto de manifiesto en la parábola del Hijo Pródigo.


Pidamos a la Santísima Virgen María que nos ayude a vivir con docilidad de espíritu este tiempo maravilloso... de gracias... que nos permita salir de nuestro egoísmo... que las ataduras del mundo no impidan el aceptar esta invitación... que Dios quite las cadenas del pecado que nos atan ... y purificados por el ayuno, la oración y las obras de caridad... podamos vivir la fiestas de la Pascua.

martes, 21 de febrero de 2012

Carnavales 2012

Ayer, lunes, celebramos el Carnaval en la Residencia Santa Marta. Es momento de disfraces, de colores, comparsas, bailes, fiesta y como no de música. Y nada de esto falto ayer en nuestro salón de actos.



Nuestro presentadores oficiales nos mostraron un telediario muy particular, en el que todas eran buenas noticias y hacian reir desde los más pequeños hasta los más mayores.


La Duquesa de Alba fue la primera noticia de la tarde...recién salida de su espectacular boda, quiso compartir unos minutos con nosotros y mostrarnos sus gran talento para el baile.



Karlos Arquiñano puso el toque de sabor a este carnaval cocinando ¡un delicioso caldo gallego!

Miguel Gila puso el toque de humor con su gran monólogo de la guerra


Y llegó el momento de bailar...unas bailarinas muy especiales nos mostraron el ballet del Cascanueces








No podíamos terminar sin antes saber el tiempo que nos esperaba para los próximos dias



Y las chicas del telecupón nos dieron el número premiado en el día de ayer









Y para terminar solo faltaba mostrarnos sus dotes de canto...y así lo hicieron...cantaron una chirigota contando las anécdotas más simpáticas de todo este año en la residencia.


Gracias a nuestros residentes pasamos una tarde agradable, en la que todos disfrutamos,

¡GRACIAS A TODOS ELLOS!

domingo, 19 de febrero de 2012

Ángelus del Papa (19 de febrero de 2012)

San Marcos 2,1-12



Ayuda a quien necesita de Dios

Mar 2:1 Y, al cabo de unos días, Jesús entró de nuevo en Cafarnaún. Se supo que estaba en casa
Mar 2:2 y se juntaron tantos, que ni siquiera ante la puerta había ya sitio. Y les predicaba la palabra.
Mar 2:3 Entonces vinieron trayéndole un paralítico, llevado entre cuatro.
Mar 2:4 Y como no podían acercarlo hasta él a causa del gentío, levantaron la techumbre por el sitio en donde se encontraba y, después de hacer un agujero, descolgaron la camilla en la que yacía el paralítico.
Mar 2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: -Hijo, tus pecados te son perdonados.
Mar 2:6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, y pensaban en sus corazones:
Mar 2:7 "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?"
Mar 2:8 Y enseguida, conociendo Jesús en su espíritu que pensaban para sus adentros de este modo, les dijo: -¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
Mar 2:9 ¿Qué es más fácil decirle al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decirle: "Levántate, toma tu camilla y anda"?
Mar 2:10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados -se dirigió al paralítico-,
Mar 2:11 a ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Mar 2:12 Y se levantó, y al instante tomó la camilla y salió en presencia de todos, de manera que todos quedaron admirados y glorificaron a Dios diciendo: -Nunca hemos visto nada parecido.

"Gloria a ti Señor Jesús"

miércoles, 15 de febrero de 2012

Audiencia General del Papa (15 de febrero de 2012)

martes, 14 de febrero de 2012

“¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!” (Lc 17,19)

Con ocasión de la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrabamos ayer 11 de febrero de 2012, memoria de la Bienaventurada Virgen de Lourdes, el Santo Padre Benedicto XVI hizo llegar el tradicional mensaje como “cercanía espiritual a todos los enfermos que están hospitalizados o son atendidos por las familias” expresando “a cada uno la solicitud y el afecto de toda la Iglesia.” “En la acogida generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y espirituales del hombre para curarlos,” decía el santo Padre al comienzo de su Mensaje y recordaba los preparativos para la “solemne Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en Alemania el 11 de febrero de 2013, y que se centrará en la emblemática figura evangélica del samaritano” (cf. Lc 10,29-37). Agregaba el Santo Padre que “quisiera poner el acento en los «sacramentos de curación», es decir, en el sacramento de la penitencia y de la reconciliación, y en el de la unción de los enfermos, que culminan de manera natural en la comunión eucarística.”


«¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!»” resaltaba Benedicto XVI, “se refiere también al próximo «Año de la fe», que comenzará el 11 de octubre de 2012, ocasión propicia y preciosa para redescubrir la fuerza y la belleza de la fe, para profundizar sus contenidos y para testimoniarla en la vida de cada día (cf. Carta ap. Porta fidei, 11 de octubre de 2011). Deseo animar a los enfermos y a los que sufren a encontrar siempre en la fe un ancla segura, alimentada por la escucha de la palabra de Dios, la oración personal y los sacramentos, a la vez que invito a los pastores a facilitar a los enfermos su celebración. Que los sacerdotes, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor y como guías de la grey que les ha sido confiada, se muestren llenos de alegría, atentos con los más débiles, los sencillos, los pecadores, manifestando la infinita misericordia de Dios con las confortadoras palabras de la esperanza (cf. S. Agustín, Carta 95, 1: PL 33, 351-352).

viernes, 10 de febrero de 2012

11 de febrero: Festividad Nuestra Señora de Lourdes

El 11 de febrero de 1858, la Virgen María se aparecía a la niña Bernardita Soubirous. Y lo hizo dieciocho veces en total... En la abertura de la roca de Massabielle se alza ante su vista una joven, inmóvil y silenciosa; "tan bella que cuando se la ha visto una vez, se querría morir para volverla a ver". Vale la pena escuchar a ella misma relatar, con su gran ingenuidad, lo que allí pasó:

"Cierto día fui a la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. Enseguida oí como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario. Creyendo engañarme, me restregué los ojos; pero alzándolos, vi de nuevo a la joven, que me sonreía y me hacía señas de que me acercase. (..) "


"Entonces se me ocurrió rezar y metí la mano en el bolsillo para buscar el rosario. Me arrodillé. Vi que la joven se santiguaba... Mientras yo rezaba, ella iba pasando las cuentas del Rosario (..) Terminado el rosario, me sonrió otra vez, se elevó un poco y desapareció. (..) Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez...

Pronto aquel humilde paraje de Lourdes se hizo famoso en todo el mundo. No hay duda de que es uno de los Santuarios más visitados y más venerados de todos los continentes. Allí han ido descreídos y han encontrado la fe. Enfermos de cuerpo y de alma, y han hallado la salud para ambas cosas o para una de los dos. Allí se respira una gran devoción, la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, del amoroso perdón y de la actividad de la Mediadora de todas las gracias.



ORACIÓN PARA PEDIR
LA SALUD DE LOS ENFERMOS

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra! Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a vuestro maternal corazón, para pediros que derraméis a manos llenas el tesoro de vuestras misericordias sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuchéis: pero acordaos, os diré con vuestro siervo San Bernardo, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos haya sido abandonado de Vos.¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por vuestra mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guardad también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más alcanzadnos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.
Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.
Salud de los enfermos, rogad por nosotros.

Rezar tres Avemarías.

"Jesús en la cruz triunfa sobre nuestro sufrimiento"







S.S. Benedicto XVI
8 de febrero, 2012
www.zenit.org


Queridos hermanos y hermanas: Hoy me gustaría reflexionar con ustedes sobre la oración de Jesús ante la inminencia de su muerte, reflexionando sobre lo que nos refieren san Marcos y san Mateo. Los dos evangelistas describen la oración de Jesús agonizante no solo en la lengua griega, en la que está escrita su historia, sino por la importancia de esas palabras, también en una mezcla de hebreo y arameo. De esta manera han transmitido no sólo el contenido sino incluso el sonido que esta oración ha tenido en los labios de Jesús: escuchamos realmente las palabras de Jesús tal como fueron. Al mismo tiempo, han descrito la actitud de los presentes en la crucifixión, que no entienden --o no quieren entender-- esta oración. Escribe san Marcos, como hemos escuchado: "Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: "Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?", que quiere decir: "¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?" (15,34). En la estructura de la historia, la oración, el grito de Jesús se sitúa al final de tres horas de oscuridad, que desde el mediodía hasta las tres de la tarde, cayó sobre toda la tierra. Estas tres horas de oscuridad, a su vez, son una continuación de un anterior lapso de tiempo, también de tres horas, que comenzó con la crucifixión de Jesús.

El evangelista san Marcos nos informa por cierto que: "Eran las nueve de la mañana cuando le crucificaron" (cf. 15,25). De todas las indicaciones de tiempo de la historia, las seis horas de Jesús en la cruz se dividen en dos partes equivalentes cronológicamente. En las primeras tres horas, desde las nueve hasta las doce, vienen las burlas de los diferentes grupos de personas que muestran su escepticismo, que dicen no creer. San Marcos escribe: "Los que pasaban por allí lo insultaban" (15,29), "igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas" (15,31), "también le injuriaban los que con él estaban crucificados" (15,32). En las siguientes tres horas, desde el mediodía "hasta las tres de la tarde", el evangelista habla sólo de la oscuridad que descendió sobre toda la tierra: la oscuridad ocupa sola toda la escena sin ninguna referencia a movimientos de personajes o a palabras. Cuando Jesús se acerca cada vez más a la muerte, solo está la oscuridad que cae "sobre toda la tierra." Incluso el cosmos participa en este evento: la oscuridad envuelve personas y cosas, pero incluso en esta hora oscura Dios está presente, no abandona. En la tradición bíblica, la oscuridad tiene un significado ambivalente: es un signo de la presencia y de la actividad del mal, pero también de una misteriosa presencia y acción de Dios que es capaz de vencer toda tiniebla. En el libro del Éxodo, por ejemplo, leemos: "Yahvé dijo a Moisés: ‘Yo me acercaré a ti en una densa nube’" (19,9) y otra vez: "Y la gente se mantuvo a distancia mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios" (20,21). Y en los discursos del Deuteronomio, Moisés dice: "La montaña ardía en llamas hasta el mismo cielo, entre tenebrosa nube y nubarrón" (4,11); ustedes "oyeron la voz que salía de las tinieblas, mientras la montaña ardía" (5,23). En la escena de la crucifixión de Jesús las tinieblas envuelven la tierra y son tinieblas de muerte en las que el Hijo de Dios se sumerge para dar vida, con su acto de amor. Volviendo a la narración de san Marcos, frente a los insultos de los diversos tipos de personas, en la oscuridad que se cierne sobre todo, en el momento en que está frente a la muerte, Jesús con el grito de su oración muestra que, junto al peso del sufrimiento y de la muerte, en que parece haber abandono, ausencia de Dios, Él tiene la plena certeza de la cercanía del Padre, que aprueba este acto supremo de amor, de entrega total de sí mismo, a pesar de que no se escuche, como en otras ocasiones, la voz que viene de lo alto. Leyendo los evangelios, nos damos cuenta que en otros momentos importantes de su vida terrena, Jesús había visto signos asociados con la presencia del Padre y la aprobación de su camino de amor, incluso la voz clarificadora de Dios. Así, en la historia que sigue al bautismo en el Jordán, al abrirse los cielos, había escuchado la palabra del Padre: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco" (Mc 1,11). Después en la transfiguración, al signo de la nube le acompañó la palabra: "Este es mi Hijo amado, escúchenle" (Mc 9,7).

En cambio, al acercarse la muerte del Crucificado, enmudece, no se oye ninguna voz, pero la mirada del amor del Padre permanece fija en el don del amor del Hijo. Pero, ¿qué significado tiene la oración de Jesús, aquel grito que lanza al Padre: "Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado", ¿la duda de su misión, de la presencia del Padre? ¿En esta oración no es quizás la propia conciencia de haber sido abandonado? Las palabras que Jesús dirige al Padre son el inicio del salmo 22, donde el salmista manifiesta a Dios la tensión entre sentirse abandonado y la conciencia cierta de la presencia de Dios entre su pueblo. El salmista reza: "Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche, sin ahorrar palabras. ¡Pero tú eres el Santo, entronizado en medio de la alabanza de Israel!" (vv. 3-4). El salmista habla de "grito" para expresar todo el sufrimiento de su oración ante Dios aparentemente ausente: en el momento de la angustia, la oración se convierte en un grito. Y esto ocurre también en nuestra relación con el Señor: frente a las situaciones más difíciles y dolorosas, cuando parece que Dios no escucha, no temamos en confiarle todo el peso que llevamos en nuestro corazón, no debemos tener miedo de gritarle nuestro sufrimiento, debemos estar convencidos de que Dios está cerca, aunque aparentemente calla. Al repetir desde la cruz las mismas palabras iniciales del Salmo, " Elì, Elì, lemà sabactàni?" --"¿Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt. 27,46)--, gritando las palabras del Salmo, Jesús ora en el momento del último rechazo de los hombres, en el momento del abandono; ora, sin embargo, con el Salmo, conciente de la presencia de Dios Padre aún en esta hora, en la que se siente el drama humano de la muerte. Sin embargo surge en nosotros una pregunta: ¿cómo es posible que un Dios tan poderoso no intervenga para evitarle a su Hijo esta terrible experiencia?

Es importante comprender que la oración de Jesús no es el grito de quien va al encuentro de la muerte con desesperación, ni es el grito de quien se sabe abandonado. Jesús en aquel momento hace suyo todo el Salmo 22, el salmo del pueblo de Israel que sufre, y de este modo toma sobre sí no solo el castigo de su pueblo, sino también el de todos los hombres que sufren por la opresión del mal; y al mismo tiempo, lleva todo esto al corazón de Dios mismo en la certeza de que su grito será atendido en la resurrección, "el grito en el extremo tormento es al mismo tiempo la certeza de la respuesta divina --certeza de la salvación no sólo para Jesús mismo--, sino para «muchos»" (Gesù di Nazaret II, 239-240). En esta oración de Jesús se encierra la máxima confianza y el abandono en las manos de Dios, incluso cuando parece ausente y cuando parece permanecer en silencio, siguiendo un designio para nosotros incomprensible. En el Catecismo de la Iglesia Católica se lee así: "En el amor redentor que le unía siempre al Padre (cf. Jn 8, 29), nos asumió en nuestra separación de Dios a causa del pecado hasta el punto de poder decir en nuestro nombre en la cruz: ‘¿Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’" (n. 603). El suyo es un sufrimiento en comunión con nosotros y por nosotros, que viene del amor y lleva en sí la redención, la victoria del amor. Las personas presentes bajo la cruz de Jesús no pueden entender y piensan que su grito es una oración dirigida a Elías. En una escena conmocionada, tratan de saciarle la sed para prolongarle la vida y ver si Elías realmente viene en su rescate, pero un fuerte grito pone fin a su deseo, y a la vida terrena de Jesús. En el momento último, Jesús dejó que su corazón expresara el dolor, pero deja salir, al mismo tiempo, el sentido de la presencia del Padre y el consentimiento de su plan de salvación para la humanidad.

También nosotros nos situamos siempre y de nuevo de frente al "hoy" del sufrimiento, del silencio de Dios --lo expresamos muchas veces en nuestra oración--, pero también estamos frente al "hoy" de la resurrección, de la respuesta de Dios que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos, para llevarlos junto con nosotros y darnos la firme esperanza de que serán vencidos (cf. Enc. Spe salvi, 35-40).

Queridos amigos, en la oración traemos a Dios nuestras cruces diariamente, en la certeza de que Él está presente y nos escucha. El grito de Jesús nos recuerda que en la oración, debemos superar las barreras de nuestro "yo" y de nuestros problemas y abrirnos a las necesidades y sufrimientos de los demás. La oración de Jesús agonizante en la cruz nos enseña a orar con amor por tantos hermanos y hermanas que sienten el peso de la vida cotidiana, que viven momentos difíciles, que permanecen en el dolor, sin una palabra de consuelo; traigamos todo esto al corazón de Dios, para que ellos puedan sentir también el amor de Dios que nunca nos abandona.

Gracias.

domingo, 5 de febrero de 2012

UN OASIS EN MEDIO DE LA POBREZA



Un oasis from Hermanitas Vigo on Vimeo.

"No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos"




Este 5 de febrero en el marco del Rezo Mariano del Ángelus Domini, y trigésimo cuarta Jornada Nacional por la Vida promovida por la Conferencia Episcopal italiana Benedicto XVI se refirió a la enfermedad como oportunidad de acercamiento explicando que “la enfermedad puede ser un momento saludable en el cual se puede experimentar la atención de los demás y brindar atención a los demás”.
El Sucesor de Pedro en su alocución dominical citando la liturgia del día recordó que, “las enfermedades son un signo de la acción del Mal en el mundo y en el hombre, mientras las sanaciones demuestran que el Reino de Dios está cerca porque Jesucristo ha venido a derrotar el Mal desde la raíz, y las curaciones son una anticipación de su victoria, obtenida con su Muerte y Resurrección”.
Asimismo aludió a la próxima celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, el próximo 11 de febrero en la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, para invitarnos a presentar a Él a todos los enfermos, confiados en que Él quiere y puede sanarlos pero también a invocar la intercesión de la Santísima Virgen, especialmente para las situaciones de mayor sufrimiento y abandono.
Tras el rezo mariano del Ángelus, Benedicto XVI recordó la celebración en toda Italia de la Jornada por la Vida promovida por la Conferencia Episcopal bajo el tema “Jóvenes abiertos a la Vida” y citamos las palabras del Papa: “Me uno a los Pastores de la Iglesia en Italia cuando afirman que la verdadera juventud se realiza en la acogida, en el amor y en el servicio a la vida”.
En efecto, en la Plaza de San Pedro estaban presentes jóvenes estudiantes de la facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Roma, y estudiantes de otras facultades de Ginecología y Obstetricia a quienes dirigió un saludo particular.


TEXTO SALUDOS DEL PAPA EN ESPAÑOL:
“Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de fieles de distintas parroquias de Sevilla, así como al grupo de alumnos y profesores de Zafra, Montánchez y Cáceres. El Evangelio de hoy presenta a Jesús que une estrechamente su predicación y cuidado por los enfermos a una intensa oración. Este modo de actuar del Maestro se prolonga también hoy en la vida y misión de la Iglesia. Que la Virgen María asista a cada uno de sus hijos para saber conjugar siempre la actividad apostólica y misionera con una ferviente plegaria a Dios. Feliz domingo”.

sábado, 4 de febrero de 2012

jueves, 2 de febrero de 2012

Promo Misioneros por el Mundo, Mozambique

miércoles, 1 de febrero de 2012

Testimonio vocacional: Hermanitas de los Ancianos Desamparados

LA PRESENTACION DEL SEÑOR EN EL TEMPLO



Esta fiesta, que cierra las solemnidades de la Encarnación, conmemora la Presentación del Señor, el encuentro con Simeón y Ana, (encuentro del Señor con su pueblo) y la purificación ritual de la Virgen María.
Presentación: Cuarenta días después del nacimiento de Jesús, María y José llevaron al Niño al Templo, a fin de presentarlo al Señor, según la ley de Moisés (Cf. Ex 13, 11-13).
Lucas 2,22-38Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor" y para ofrecer en sacrificio "un par de tórtolas o dos pichones", conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención deJerusalén. Simeón, al ver a María y a José con el Niño Jesús, conoció por una revelación divina que era Cristo. Tomó entonces al Niño en sus brazos y bendijo a Dios y exclamó:Ahora puedes dejar morir en paz, Señor, a tu siervo, porque han visto mis ojos a tu Salvador, luz para las naciones y gloria de Israel. María y José admiraban sus palabras.Y vuelto a María le anunció: Este ha sido puesto para ruina y para resurrección de muchos; y como una señal de contradicción; y una espada atravesará tu alma.
Purificación de María: Como era costumbre, María, su madre, se sometió a la vez al rito de la purificación (Cf. Lev. 12, 6-8).
Procesión con las candelas, "Candelaria""luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel" (Lc 2,32). La procesión con velas nos recuerda que La Virgen da luz a Jesucristo, Luz del Mundo, quien se manifiesta a su pueblo por medio de Simeón y Ana.
No se sabe con certeza cuando se iniciaron las procesiones en relación a esta fiesta, pero en el siglo X ya se celebraban con solemnidad. Después de la procesión los cirios se llevan a las casas para encenderse cuando hubiese necesidad de oración especial.
Historia de la FiestaA mediados del siglo V esta fiesta se conocía como "La Candelaria" o "Fiesta de las Luces". La Virgen Maria ha dado luz a la Luz del Mundo, Jesucristo y en esta fiesta El se manifiesta a Simeón y Ana.
Hasta el siglo VI se celebraba a los cuarenta días de la Epifanía, el 15 de febrero. Ahora se celebra el 2 de febrero, por ser a los cuarenta días de la Navidad.
De origen oriental, esta fiesta no se introdujo en la liturgia del Occidente hasta el siglo VII. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.
El Concilio Vaticano II restaura esta fiesta a su origen primariamente Cristológico, celebrándose como la Presentación de Jesús en el Templo.