domingo, 31 de octubre de 2010

Bienvenido Santo Padre

viernes, 29 de octubre de 2010

miércoles, 27 de octubre de 2010


Mañana, jueves 28 de octubre, celebramos la solemnidad de San Judas Tadeo.

Desde aquí están todos invitados a participar y a compartir este día tan especial con nosotros.
Se celebrarán dos misas solemnes (9 h y 19 h).


LA VIDA DE SAN JUDAS TADEO

Judas es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".

Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe".

San Judas Tadeo estaba íntimamente relacionado con nuestro Señor por su parentesco con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen.Sobrino nieto de estos dos santos, es a la vez sobrino de María y José, de donde resulta ser primo de nuestro Señor Jesucristo.

San Judas es hermano del Apóstol Santiago el Menor. Tenía otros dos hermanos a quienes llama el Evangelio "hermanos" de Jesús. Cuando nuestro Señor regresó de Judea a Nazaret, comenzó a enseñar en la sinagoga. La gente que le oían estaban asombradas y decían: "¿ De dónde le ha llegado tanta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?" (Mt 13,54).

La palabra "hermanos" en hebreo comúnmente significa un pariente próximo. El padre de San Judas era Cleofás. El nombre de su madre era María, que era pariente próxima de la Virgen Santísima. Ella también permaneció junto a la Cruz cuando murió nuestro Señor Jesucristo. "Cerca de la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre , María, esposa de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19,25).

Durante su adolescencia y juventud, Judas fué compañero de Jesús. Cuando Jesús comenzó su vida pública, Judas dejó todo por seguirle. A San Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que vendió a Jesús.
En la noche de la Última Cena le preguntó a Jesús: "¿Por qué revelas tus secretos a nosotros y no al mundo?". Jesús le respondió que esto se debía a que ellos lo amaban a Él y cumplían sus mandatos y que a quien lo ama y obedece, vienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y forman habitación en su alma (Jn. 14, 22).

Como Apóstol, trabajó con gran celo por la conversión de los paganos. Fue misionero por toda la Mesopotamia durante diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio de los Apóstoles. Después se unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles predicaron el Evangelio a los habitantes de aquel país.

Refiere la tradición que San Judas y San Simón sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían trabajado como misioneros. A San Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso se le representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza con un hacha. Trasladaron su cuerpo a Roma y sus restos se veneran ahora en la Basílica de San Pedro.

San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65. En ella, San Judas denuncia las herejías de aquellos primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas. Habla del juicio que amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios mundanos, la lujuria y "a quienes por interés adulan a la gente". Anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios, en cambio, les tiene reservada la condenación.

domingo, 24 de octubre de 2010

Desde Mozambique


¡Holaaa!!!!.....¿Como estais? ¿Que tal la semana?

La mia muy variada pero muy bien gracias a Dios, estoy super feliz y el tiempo cada día se me va más rapido. Vosotr@s formais parte de esta felicidad, por vuestra bonita amistad, y todo el apoyo que me dais con vuestras oraciones, mensajes, llamadas....
CADA UN@ TIENE SU SITIO Y SU GRAN SOFA EN UN RICONCITO DE MI CORAZÓN Y SOLO PUEDO PEDIR CADA DÍA A NUESTRO BUEN PADRE DIOS QUE OS CUIDE Y PROTEJA. OS QUIERO, RECUERDO Y REZO. PUESTO QUE DIOS NOS HA CRUZADO EN EL CAMINO ES POR Y PARA ALGO.
Muchas gracias tambien por vuestra oracion y recuerdo especial en este mes de las misiones, Hoy es día especial. Esta mañana me preguntaba en la oracion: No hay en mi vida tierrras de mision, en las que todavía no entro el Espíritu Santo, y la Palabra de Dios no ha germinado para tener siempre y en todo los sentimientos de Cristo?. Por eso no dejeis de rezar.
Que Dios os dé una semana cargada de bendiciones y a nosotros ojos abiertos para descubrirlo y corazón agradecido para saber dar gracias en todo y por todo.

Un fuerte abrazo de vuestra hermana misionera.
Sor Estrella Arjomil

sábado, 23 de octubre de 2010

DÍA DEL DOMUND





El domingo 24 de octubre se celebra la Jornada Mundial de las Misiones (el DOMUND), con el lema “queremos ver a Jesús”. Es hora de contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia con la oración y la aportación económica, cada uno según sus posibilidades.

¿Dónde está Dios? ¡Quiero ver a Dios!

Carta de Mons. Francisco Pérez González, Arzobispo de Pamplona, Obispo de Tudela y Director de Obras Misionales Pontificias en España.
El lema que este año hemos escogido, para la Jornada del Domund, es una propuesta muy clara para todos: “Queremos ver a Jesús” (Jn 12,21). El cartel nos presenta a una joven religiosa que mira con amor cristiano a un niño frágil y hambriento de afecto. No es fácil llevar a cabo este modo de vivir si antes no se tiene una experiencia de amistad con Aquel que llena el corazón de un amor y una paz indescriptible. Recuerdo que en una ocasión un joven me preguntó: “Quiero ver a Dios y por más que lo busco no lo encuentro ¿qué he de hacer? ¿Dónde está Dios?”. Nos sentamos y hablamos largo rato. En aquel momento no podía decirle complicadas o elucubraciones más o menos metafísicas; le abrí el libro de mi vida y le comencé a contar dónde encontré por primera vez a Dios. Fue el momento que me puse a servir por caridad a una persona que estaba necesitada. Allí estaba Dios y allí lo encontré. Y este joven que me miraba con ojos ansiosos de ver a Dios, le dije: “No olvides que siempre que en nosotros hay amor y amamos a los demás Dios se manifiesta. Él mismo nos lo asegura cuando nos dice que quien le ama y cumpla sus palabras tendrá la dicha de ser habitado por Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Cuentan los relatos de los monjes del desierto que en una ocasión un joven novicio sintió que si se acercaba a la cumbre de la montaña, antes que el sol se ocultara, iba a ver a Dios. Salió del monasterio muy de mañana con el fin de llegar cuánto antes a la cumbre. Cuando ya había realizado la mitad del camino se encontró con un montañero tirado en el suelo y pidiendo auxilio porque tenía una fractura en la pierna. El monje se acercó a él y le dijo que primero iría a ver a Dios y después le socorrería. Cuando llegó a la montaña y al tramo final de la cumbre, a punto del ocaso del sol, por más que miraba no pudo ver a Dios. Bajó con presteza a socorrer al montañero mal herido y cuando llegó ya no estaba. Concluyen los relatos: “Si hubiera socorrido con amor y premura al necesitado, hubiera visto a Dios, porque Dios es Amor y sólo se manifiesta a quien ama”. La decepción del joven novicio fue grande, pero la enseñanza hizo de él un monje gozoso de vivir por amor y para amar a los demás. El secreto de ‘ver a Dios’ se resumía en amar siempre.

El Papa Benedicto XVI, en el pregón del Domund, nos dice: “Cristo establece la nueva relación entre el hombre y Dios. Él es quien revela que ‘Dios es amor’ (1Jn4, 8), a la vez que nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana, es el mandamiento nuevo del amor. Así, pues, a los que creen en la caridad divina les da la certeza de que abrir a todos los hombres los caminos del amor y esforzarse por instaurar la fraternidad universal no son cosas inútiles”.

La nueva evangelización y la nueva forma de vivir la misión es antigua y contemporánea porque sólo hay un estilo y una forma de vivir: el amor a Dios y al prójimo. Porque, como dice San Juan, ¿de qué le sirve a uno decir que ama a Dios a quien no ve si no ama al hermano a quien ve? Esta es la gran suerte de creer en Jesucristo: Él nos va manifestando lo que es y lo que significan nuestras vidas. Sin Dios la vida pierde todo sentido y Él es muy celoso como buen Padre de manifestarse, por sorpresa, en los momentos más inoportunos. “Soy ateo y esto es irreversible” me decía un joven tal vez dolorido por alguna circunstancia acosada por el sufrimiento. Lo escuché y cuando se desahogó le interpelé: “No olvides que un día en un ‘cambio de rasante’ o ‘a la vuelta de esquina’, de forma inesperada, te encontrarás cara a cara con Él”. Dios tiene el momento oportuno para cada uno y por ello hemos de tener la esperanza de que Dios mismo se hará el encontradizo cuando uno menos lo espera. Nunca abandona a sus hijos, los deja libres pero siempre les ofrece unas manos abiertas llenas de acogida como hizo con el hijo pródigo.

Quien tenga el deseo de ver a Dios no tiene otro camino si no es el del amor. Sucede lo mismo a aquel que desea ver el oxígeno: pues lo siente en sus pulmones aunque no lo perciba con los ojos. Ver y sentir se complementan. La oración es “un trato de amistad con aquel que sabemos nos ama” decía la Santa de Ávila. Y la plegaria es como el oxígeno para nuestros pulmones. Para el Santo Cura de Ars la oración era “una dulce amistad y una familiaridad que sorprende. El hombre no vive sólo de pan, vive de oración, vive de fe, de adoración y de Amor”. Si para ver a Dios se requiere vivir de la caridad, ésta no se conseguirá por puro deseo o incluso por puro sentimiento. La fuente de este amor está en la Eucaristía; de ahí que se la denomine la Fuente de donde mana y corre el Amor de Dios. No encontraremos a ningún santo que no haya tenido estos dos amores: a Cristo Eucaristía y a Cristo en los pobres. Separar estas dos realidades es caer en una herejía existencial y va contra la ley del mismo Evangelio.
La misma Eucaristía es manifestación de Dios. Los Padres de la Iglesia dirán que ella misma es epifanía de Dios. Muchos servidores del Evangelio, muchos sacerdotes, muchos consagrados, muchos matrimonios, muchos seglares han encontrado en la Eucaristía la fuerza para seguir hacia adelante en la vocación emprendida. Quien quiere ver a Dios ha de dejarse sorprender por la belleza y bondad de la Eucaristía que es Escuela de vida: de la vida de cada día. Con ella y desde ella podemos no sólo ver a Dios sino también hacer posible que los demás le vean. Esta es la misión de la Iglesia: que los que aún no conocen a Jesucristo puedan ver a Dios. Quien ve a Cristo y contempla a Cristo: ve a Dios.

Decía San Bernardo que a esta fuente de vida y de luz hemos de correr y con toda la fuerza del corazón exclamar: “¡Oh hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo de la eterna luz! ¡Vida que vivificas toda vida, luz que iluminas toda luz y conservas en perpetuo resplandor millares de luces, que desde la primera aurora fulguran ante el trono de tu divinidad! De ti procede el río que alegra la ciudad de Dios, para que, con voz de regocijo y gratitud, te cantemos himnos de alabanza, probando por experiencia que en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz”.

En la Jornada del Domund pongamos todas las ofrendas que son las oraciones, los sacrificios y los donativos para que con todas ellas sigamos mostrando que el verdadero amor no solo se hace camino de santificación sino que es medio y apoyo para que Dios sea conocido, amado y adorado. Ojalá que en esta Jornada misionera muchos puedan ver a Dios o lo reconozcan con mayor nitidez.

Preguntas sobre el DOMUND
¿Qué es el DOMUND?
El DOmingo MUNDial de las Misiones es el día en que toda la Iglesia universal reza por la actividad evangelizadora de los misioneros y misioneras, y colabora económicamente con ellos en su labor, especialmente entre los más pobres y necesitados.

¿Cómo se distribuye el dinero del DOMUND?
La Asamblea Plenaria de los Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias, que se celebra cada año en Roma, distribuye equitativamente entre las solicitudes presentadas por los misioneros la totalidad de las aportaciones llegadas de todo el mundo. Por eso se pide la colaboración con el DOMUND sin hacer referencia a proyectos concretos.

¿Para qué el DOMUND?
Con los donativos se subvenciona el sostenimiento de los misioneros y sus colaboradores. También se atienden otras necesidades especiales: construcción de iglesias y capillas, formación cristiana, compra de vehículos…, además de desarrollar proyectos sociales, educativos y sanitarios.

¿Por qué el DOMUND?
El 37% de la Iglesia católica lo constituyen territorios de misión, un total de 1.069 circunscripciones eclesiásticas que dependen de la ayuda personal de misioneros y misioneras y de la colaboración económica de otras Iglesias para realizar su labor.
¿Cómo colaboran los fieles?
Además del donativo con motivo de la Jornada del DOMUND, cada día son más los que domicilian sus aportaciones periódicas, pagan sus compras con la tarjeta VISA-DOMUND o hacen sus transferencias por Internet (www.domund.org). Además, están tomando mucha importancia las donaciones por testamentos y legados.

¿Llega a los misioneros todo el dinero?
El donativo que cada fiel entrega para las misiones es recogido en la Dirección Nacional de OMP y enviado a los territorios de misión. Solo se permite utilizar un máximo del 10% para la administración de estos bienes y la animación misionera de las comunidades cristianas.

¿Atienden los misioneros situaciones de emergencia?
Ante catástrofes naturales o bélicas, los misioneros canalizan la ayuda de organizaciones sociales y se dedican a atender a los damnificados. El DOMUND colabora con ellos principalmente para que puedan permanecer en la misión tras esas situaciones de especial emergencia humanitaria.

Objetivos del DOMUND
1. Iniciar a los fieles en la “contemplación” del rostro de Dios, en el que se reflejan los rostros de los más pobres y necesitados.
2. Promover entre los fieles una sensibilidad y predilección hacia los que, aun sin saberlo, buscan conocer y ver a Jesús.
3. Participar en las actividades organizadas por las comunidades eclesiales con motivo de la celebración del DOMUND.
4. Colaborar con una generosa aportación económica para atender las necesidades materiales de los misioneros y de las misiones.
5. Intensificar la oración y el sacrificio por las vocaciones misioneras de sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos.

viernes, 22 de octubre de 2010

Al ritmo de la pandereta

El pasado miércoles pudimos disfrutar del grupo de pandereteiras de Coruxo "Pedra Moura" , gracias a sus maravillosos cantos populares y el ritmo de la pandereta y de las cunchas.








lunes, 18 de octubre de 2010

Benedicto XVI

sábado, 16 de octubre de 2010

Canonización de 6 nuevos Santos

viernes, 15 de octubre de 2010

Sor Sonia de la Inmaculada Rojas Pinto

jueves, 14 de octubre de 2010

Dia 15 de octubre Profesión Perpetua en Burjassot

Una joven profesa este viernes en Burjassot sus votos perpetuos en las Hermanitas de los Ancianos Desamparados
Otras tres jóvenes profesan también sus votos temporales en Valencia
VALENCIA, 14 OCT. (AVAN).- La joven Sonia de la Inmaculada Rojas Pinto, de 30 años y natural de Bolivia, profesará mañana, viernes, sus votos perpetuos como religiosa de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. La ceremonia será presidida por el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Enrique Benavent, a las 11 horas en la casa que el instituto religioso dirige en Burjassot. Rojas, que ha desarrollado su etapa de noviciado en Valencia y la de juniorado en Carabanchel (Madrid), ejerce su labor actualmente en la comunidad de las Hermanitas de Xàtiva, según han informado a la agencia AVAN fuentes de la congregación religiosa. A su vez, otras tres jóvenes, todas ellas de 21 años, profesarán sus votos temporales en la misma congregación, en una ceremonia oficiada por el sacerdote Gil Herrero también mañana a las 11 horas en la casa general, ubicada en la ciudad de Valencia. Se trata de Dani Bustamante Vásquez e Isabel Hoyos Rafael, ambas de Perú, y Ana Ester López Camacho, de Colombia. Además, esta tarde tomarán el hábito de la congregación, en una ceremonia privada en Valencia, las jóvenes Alicia Vázquez, Noemí Lizaraso y María Dilcia Angaspilco. Todas ellas cambiarán el velo blanco por el negro y recibirán el escapulario y el crucifijo. A partir de ahora, comenzarán su etapa de noviciado. Esta previsto que durante la jornada de hoy, jueves, cinco hermanitas celebren sus bodas de oro como religiosas y otras dos, las de plata. Se trata de Estefanía de Jesús Hernández, Josefa Santísima Trinidad Bermejo, Remedios de Santa Isabel de Hungría Ibáñez, Carmen de San Cristóbal Tortosa y Josefa del Discípulo Amado Hernández, que cumplen cincuenta años como religiosas. A su vez, cumplen 25 años en la congregación María Goretti de Nuestra Señora de Aránzazu Echaide y Esperanza de Santa Teresa Jornet de Francisco. Igualmente, mañana, viernes, un total de 37 religiosas de la congregación renovarán sus votos en la casa general de Valencia. Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados atienden en la actualidad a cerca de 25.000 ancianos sin recursos en más de 210 asilos y residencias en Europa, Iberoamérica, África y en Asia. La congregación, que cuenta con 2.500 religiosas, fue fundada en 1872 por el sacerdote Saturnino López Novoa y por la maestra, y a partir de entonces religiosa de la congregación, santa Teresa de Jesús Jornet, canonizada en 1973, que abrieron su primer centro en Valencia.

La Bendición del Anciano


Bendito eres si comprendes

que mis manos tiemblan

y que mis pues se han vuelto lentos.


Bendito eres, si te acuerdas

que mis oídos ya no oyen tan bien

y que ya no entiendo todo.


Bendito eres si sabes

que mis ojos ya no ven tan bien.


Bendito eres si no te enfadas

cuando por enésima vez te repito el mismo cuento.


Bendito eres si sonríes

y me preguntas por los días de mi juventud.


Bendito eres si me tratas con ternura,

entiendes mis lágrimas silenciosas

y me haces sentir que soy amado.


Bendito eres si te quedas

un poco más de tiempo conmigo

y me coges de la mano

cuando entre en la noche de la muerte.


Bendito eres;

yo cuando esté en el cielo

alumbraré las estrellas para ti.

lunes, 4 de octubre de 2010

Mensaje del Papa a los ancianos


Mis queridos hermanos y hermanas

Me alegra mucho estar entre vosotros, los residentes de San Pedro, y agradezco a la Hermana Marie Claire y a la Señora Fasky sus amables palabras de bienvenida de parte vuestra. Me complace saludar también al Arzobispo Smith de Southwark, así como a las Hermanitas de los Pobres y al personal y voluntarios que os atienden.

Puesto que los avances médicos y otros factores permiten una mayor longevidad, es importante reconocer la presencia de un número creciente de ancianos como una bendición para la sociedad. Cada generación puede aprender de la experiencia y la sabiduría de la generación que la precedió. En efecto, la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud.

Por su parte, la Iglesia ha tenido siempre un gran respeto por los ancianos. El cuarto mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te ha mandado» (Deut 5,16), está unido a la promesa, «que se prolonguen tus días y seas feliz en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Ibid). Esta obra de la Iglesia por los ancianos y enfermos no sólo les brinda amor y cuidado, sino que también Dios la recompensa con las bendiciones que promete a la tierra donde se observa este mandamiento. Dios quiere un verdadero respeto por la dignidad y el valor, la salud y el bienestar de las personas mayores y, a través de sus instituciones caritativas en el Reino Unido y otras partes, la Iglesia desea cumplir el mandato del Señor de respetar la vida, independientemente de su edad o circunstancias.

Como dije al inicio de mi pontificado: «Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» (Homilía en el solemne inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma, 24 de abril 2005). La vida es un don único, en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y Dios es el único para darla y exigirla. Puede que se disfrute de buena salud en la vejez; aun así, los cristianos no deben tener miedo de compartir el sufrimiento de Cristo, si Dios quiere que luchemos con la enfermedad. Mi predecesor, el Papa Juan Pablo II, sufrió de forma muy notoria en los últimos años de su vida. Todos teníamos claro que lo hizo en unión con los sufrimientos de nuestro Salvador. Su buen humor y paciencia cuando afrontó sus últimos días fueron un ejemplo extraordinario y conmovedor para todos los que debemos cargar con el peso de la avanzada edad.

En este sentido, estoy entre vosotros no sólo como un padre, sino también como un hermano que conoce bien las alegrías y fatigas que llegan con la edad. Nuestros largos años de vida nos ofrecen la oportunidad de apreciar, tanto la belleza del mayor don que Dios nos ha dado, el don de la vida, como la fragilidad del espíritu humano. A quienes tenemos muchos años se nos ha dado la maravillosa oportunidad de profundizar en nuestro conocimiento del misterio de Cristo, que se humilló para compartir nuestra humanidad.

A medida que el curso normal de nuestra vida crece, con frecuencia nuestra capacidad física disminuye; con todo, estos momentos bien pueden contarse entre los años espiritualmente más fructíferos de nuestras vidas. Estos años constituyen una oportunidad de recordar en la oración afectuosa a cuantos hemos querido en esta vida, y de poner lo que hemos sido y hecho ante la misericordia y la ternura de Dios. Ciertamente esto será un gran consuelo espiritual y nos permitirá descubrir nuevamente su amor y bondad en todos los días de nuestra vida.

Con estos sentimientos, queridos hermanos y hermanas, me complace aseguraros mi oración por todos vosotros, y pido vuestras oraciones por mí. Que Nuestra Señora y su esposo San José intercedan por nuestra felicidad en esta vida y nos obtengan la bendición de un tránsito tranquilo a la venidera.


¡Que Dios os bendiga a todos!

Desfile Medieval

El sábado día 2 de octubre, nuestros residentes pudieron disfrutar de una maravillosa tarde rodeados de trajes medievales y de un grupo de acordeonistas que animaban la velada.