viernes, 20 de abril de 2012

“VEN Y SIGUEME”…


BRENDA AZUCENA CHACAJ SUBUYUC
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Me llamo Brenda Azucena Chacaj Subuyuc, tengo 23 años, soy la sexta de diez hermanos, vengo de Guatemala; naci el 8 de junio de 1988 en Chimaltenango, en un hogar muy humilde y sencillo.

¿Como surgió mi vocación?
Desde muy niña mis padres me instruían en la Doctrina Cristiana, en familia siempre íbamos a la santa misa, admiraba a mi madre porque en sus ocupaciones siempre se daba su tiempo para tener comunicación con Dios, tenia esa admiración como atracción a toda alma consagrada a Dios, y desde muy niña decía que quería ser monjita, sin saber que significaba ser religiosa.

Empecé a estudiar los básicos, pero con tanta distracción y actividades con niñas de mi edad, me dedique solo a estudiar, llegaba ayudar con los oficios de casa a mamá(...).Por ser grande la familia, deje de estudiar, mientras se graduaba mi otra hermana y me dedique a trabajar. Un día corrí a los brazos de mi madre como una chiquilla, diciéndole que quería ser religiosa, pero me dijo que lo pensara muy bien, que tal vez sea por la edad y pues con mi carácter fuerte seria casi imposible, pero a igual no se oponía, en cambio mi padre me dijo en ese entonces que si tomara la decisión ya no me daba estudio, no tenia donde más a quien recurrir para que me orientara, más que a Dios quien me fortalecía. Tome la decisión de seguir estudiando mi diversificado y por un momento pensé que Dios tenia otro camino para mi, comencé mis estudios (...) empecé a salir demasiado, pero a pesar de todo lo que hacia no era feliz, sentía un gran vacio en mi alma invadida por una gran tristeza, no entendía el porque, al pasar los años esa tristeza me consumía al enterarme que a mi madre le detectaron cáncer, mi corazón sufría cada día mucho mas, pero en ese dolor, tristeza y angustia; creció dentro de mi ese deseo de ser religiosa, allí descubrí que Dios me llamaba a seguirle y cargar con amor mi cruz, que no me dejaría sola, juntos sufriríamos. Un día mi madre fue a su consulta (...) y el médico dijo que ya no se podía hacer nada que solo un milagro la podía salvar (..), esa noticia invadió de tristeza mi hogar, sufría al ver como mi padre le costaba resignarse a perder a mi madre. Recuerdo muy bien este día, cuando mi madre me llamo y me abrazo muy fuerte, pero teníamos que aceptar la voluntad de Dios, no fue fácil pero en el pasar del tiempo comprendí que Dios es tan misericordioso porque me preparaba para empezar sus caminos, el vacio que dejo mi madre lo lleno el Señor, y pues allí fue donde comprendí la voluntad de Dios había una frase que me ayudo mucho que decía: “Todo sucede para bien de los que aman a Dios”.

En el próximo año forme parte del grupo de la Capilla de Adoración Perpetua a formar en la parroquia, fue una experiencia inolvidable ya que el Señor ha querido mostrarnos cuanto es deseada la adoración sin interrupción día y noche, (...) entendí que el amor de amores se daba para ser amado; íbamos a retiros y convivencias que me ayudaba a crecer espiritualmente, allí entendí que no hay nada más que me llenaba que servirle a Nuestro Señor, (...) el 19 de junio en la inauguración de la capilla fecha muy importante porque teniendo al Señor tan cerquita de mi expuesto en el altar en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, le pedí que me mostrara el camino a seguir para hacer su voluntad encomendada siempre al Corazón Inmaculado de Nuestra Madre María y pues allí fue donde me dio la valentía, valor y fortaleza a contarle al sacerdote lo que mi alma sentía y que quería ser religiosa, desde ese momento siempre he contado con el apoyo del Padre Héctor; me exhortaba a leer y meditar la Biblia, a rezar todos los días el Santo Rosario para que la Virgen María me guie para hacer la voluntad de su hijo, como Ella acepto que se hiciera en Ella la voluntad de Dios.

La mayoría del tiempo que tenia libre estaba en la Capilla o en la Celebración de la Eucaristía, mi familia a veces se molestaban porque decían que ya no estaba mucho tiempo en casa, sino que vivo mas en la iglesia; empecé hacer pequeños sacrificios para descubrir mi vocación. Pidiéndole a Dios un domingo al terminar la celebración de la Santa Misa, en los avisos se informo sobre una promoción vocacional en Comalapa, allí descubrí el plan maravilloso que Dios tenia para mi y tome la decisión de conocer más de Él, no lo voy a negar me emocione mucho, pedí permiso en el trabajo y hable con el sacerdote de mi parroquia para pedir el permiso de poder asistir en dicha promoción vocacional y me concedió el permiso.

En ese encuentro (...) conocí varias congregaciones en ellas a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados desde ese día quedo en mi corazón una inquietud muy grande hacia dicha congregación, sobre todo en su espiritualidad de la congregación con el carisma del servicio a los mas necesitados los ancianitos, viendo en ellos el rostro de Nuestro Señor Jesucristo y el esmero que ponen para cuidarlos con amor.

(...)Dios quería algo más de mí, recuerdo que una tarde la Madre Josefa me dijo que me diera una oportunidad al realizar una convivencia, en ese momento mi corazón latía fuertemente, había quedado grabada una frase dentro de mi que ella me dijo: que para poder “Amar algo hay que conocerlo primero” me encomendé en sus manos de Dios y me anime, el día 19 de marzo fui a conocer la Congregación y escuche dentro de mí ese sígueme que yo soy el camino, la verdad y la vida (...), ahora estoy completamente segura que aquí es donde Dios me quiere; aquí descubrí la grandeza de la vocación, porque Dios mismo me pide que me revista de la pobreza de Jesucristo, que coma de la caridad de lo que Dios me ofrece y viva en obediencia por Amor a Él. En el tiempo que llevo en la Congregación como aspirante le doy gracias a Dios por ser tan misericordioso conmigo por haber puesto sus ojos en mi persona, me abandone en Él para hacer su voluntad por ese llamado que me ha hecho ya que por su gracia he podido responderle porque con mis solas fuerzas no podría.

En este tiempo que llevo en la Congregación (...) estoy aprendiendo poco a poco las costumbres propias de la congregación, me siento muy feliz de tener mas intimidad con Dios, aquí se vive comunitariamente con las aspirantes, se participa en la Eucaristía, recreaciones; me gusta mucho ir a levantar a los ancianitos en la enfermería, me llena hacer algo por los ancianitos y compañeras al poderles servir; porque nuestros fundadores nos enseña amar a nuestro prójimo por medio de los ancianitos preparándolos para acercarlos mas a Dios, para poder salir serenos al encuentro de la muerte; la misión más bella que ella nos dice: es de cuidar los cuerpos para salvar las almas. Cuando realmente estas enamorada no se cansa de amar y es por ese amor por quien yo vivo, nunca me cansare de decirle SI al Señor porque Él es el único que me llena por completo. Siempre le doy gracias a Dios por haber puesto los ojos en mí, no soy digna, pero luchare para no dejar apagar lo que arde dentro de mi ya que por su infinita gracia iniciare mi etapa de postulantado en México próximamente en la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, sé que no soy merecedora de tal gracia solo pido a Dios y a María que me de la Santa Perseverancia y fidelidad hasta la muerte a ese llamado que el Señor hizo en mi.